jueves, 8 de marzo de 2012

Asuntos inconclusos, tecnicas evitativas y dramatismo tonal


Leyendo un libro de terapia Guestaltica me encuentro con la siguiente anécdota, que llama mi atención por el origen musical (entienda el lector no músico tónica como descanso o reposo y dominante como tensión o estrés):

"Un viejo maestro disponía a acostarse, mientras oye el clavicordio que toca un amigo en el piso de abajo. La ejecución es impecable y la música toma cuerpo, pero acaba bruscamente en un acorde dominante! Ahora bien, según la regla inexorable en aquellos tiempos, los acordes de dominante se resolvían llevando al acorde de tónica final. El maestro, desasosegado, se agitó y se revolvió en la cama. Fue inútil, porque no pudo conciliar el sueño hasta que se arrastró escalera abajo y volcó su propia resolución sobre el teclado."

El autor comenta que posiblemente es apócrifa y se le ha atribuido indistintamente a Bach, Handel (yo inclusive he escuchado que se la achacan a Mozart).

Más allá de eso, contiene un profundo significado, somos capaces de crear tensión psicológica al punto de evitar todo tipo de reposo emocional y/o corporal, en música la dominante genera tensión, la sucesión de dominantes o tensiones para retrasar el reposo tras la tónica se llama dramatismo tonal.

Atrévome a decir que existe un cierto tipo de dramatismo, dramatismo psicológico, consiste en generar técnicas evitativas, para enfrentar conflictos, resolver asuntos, etc. Porque como dice un profesor: "aunque no lo sepas, no lo quieras o no lo pienses" tienes la creencia de que existe una especie de placer en la tensión. Al igual que el expectador entendido de un concierto de jazz experimenta placer ante tanta tensión musical.

Aunque el jazz es una bella excepción, es capaz de resolver sin quitarte el gusto de la tensión. ¿Seremos capaces de llevar tanta tensión psicológica (después de haberla gozado un poco) hacia el reposo sin hacer que pierda el interés?

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