martes, 14 de julio de 2009

Quitándome el polvo.


Después de algunos días me digno a salir bajo la luz del sol...ja.

Tengo que salir casi volando, procuraré brevedad (siempre digo eso), quizá usted lo haya pasado por alto. Si, hablo del punto clave de la oración inicial, ¿como diablos es que me he dignado a salir, estando yo en un estado que poco faltaba para lo vegetativo y no por eso al límite de un extasis e iluminación cercanas al nirvana?

Ni yo mismo lo sé.

Los días pasados de encierro (desde la influenza, cambios de oficinas y mi nueva etapa home worker), me han valido una series de situaciones que sino me llevan a la iluminación Zen, por lo menos me harán un poco más extraño y estóico de lo que ya soy, eso en tal punto no me viene nada mal:

"La soledad no te enseña a estar solo, sino a ser único"

En ocasiones me sorprede que el señor Cioran pueda decir en un renglón enseñanza semejante y yo le haya hecho perder treinta segundos nada despreciables de su existencia leyendo algo que pretendía llegar a lo mismo de forma menos elegante.

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